Reseña | Fuego y sangre, de George R.R. Martin y Doug Wheatley
Título: Fuego y sangre
Autor: George R.R. Martin y Doug Wheatley (ilustrador)
Páginas: 880
Editorial: Plaza & Janés
Precio: 32,90€
Siglos antes de que tuvieran lugar los acontecimientos que se relatan en «Canción de hielo y fuego», la casa Targaryen, la única dinastía de señores dragón que sobrevivió a la Maldición de Valyria, se asentó en la isla de Rocadragón.
Aquí tenemos el primero de los dos volúmenes en el que el autor de Juego de tronos nos cuenta, con todo lujo de detalles, la historia de tan fascinante familia: empezando por Aegon I Targaryen, creador del icónico Trono de Hierro, y seguido por el resto de las generaciones de Targaryens que lucharon con fiereza por conservar el poder, y el trono, hasta la llegada de la guerra civil que casi acaba con ellos.
Aquí tenemos el primero de los dos volúmenes en el que el autor de Juego de tronos nos cuenta, con todo lujo de detalles, la historia de tan fascinante familia: empezando por Aegon I Targaryen, creador del icónico Trono de Hierro, y seguido por el resto de las generaciones de Targaryens que lucharon con fiereza por conservar el poder, y el trono, hasta la llegada de la guerra civil que casi acaba con ellos.
En la larga espera hasta Vientos de invierno George R.R. Martin se aprovecha de nuestras ansías para traernos un libro dedicado a seguir la historia de los Targaryen. La introducción nos da la pista de que podría haber otro tomo porque se indica que es el “primer volumen”, asimismo, nos quedan algunos dragones por conocer hasta llegar al “Rey loco”.
George R.R. Martin no se presenta como el autor, sino como la persona que transcribe las notas del archimaestre Gyldayn de la ciudadela de Antigua. Elige este motivo narrativo para dotar a sus más de 800 páginas de credibilidad. Lo consigue, pero también logra que la lectura se haga muy difícil. Los Targaryen son el centro de atención, sin embargo, indirectamente, acabamos conociendo el desarrollo de otras dinastías.
Todo el libro sigue la estructura de una crónica histórica. Desde las primeras páginas nos da la sensación de que estamos ante uno de los libros de texto del instituto. Un tocho con un contenido tan interesante como poco accesible. Es muy difícil conectar o empatizar con unos personajes que a penas conoces. No te da la sensación de cercanía que se logra con otro tipo de narrador. Si no fuese por mi manía de no dejar (casi) ningún libro sin acabar lo habría abandonado antes de la página 50.
A pesar de los aspectos negativos, George R.R. Martin vuelve a demostrar su grandísima capacidad para crear mundos. Nos mete en una época histórica completamente distinta a la que ya conocíamos y desarrolla todos los sucesos sin ser incoherente con el presente de “Canción de hielo y fuego”. También podemos observar el principio de muchas de las costumbres y rituales. Por ejemplo, el origen de las Capas Doradas de Desembarco del Rey o de la guardia del rey.
Conocemos a reyes y reinas de personalidades muy distintas, según su gestión (y su aceptación) los Siete Reinos viven épocas de tranquilidad o se enfrentan a cruentas guerras en las que no se reconoce ni la familia. Personalmente me quedo con la reina Alyssane, la primera en acercarse a la realidad de las mujeres y conseguir leyes para protegerla, aunque ella, al fin y al cabo, no fuese sino la reina consorte. Otro personaje que no se puede olvidar es Champiñón, el bufón del reino. A través de su figura accedemos a una parte de la realidad. Descubrimos a un hombre tan lucido como obsesionado con el sexo, pues casi todas sus historias tienen algo que ver con este.
Las ilustraciones de Doug Wheatley ponen imágenes a nuestra imaginación. Sus dibujos nos completan el libro y nos ayudan a poner cara a las situaciones y actores más importantes. Se complementan muy bien con el libro, tanto que no imagino un Fuego y sangre en el que sus láminas no se incluyan.