Hespérides | El drago, sangre de dragones en Canarias VII: Arte local
Dentro de las Islas muchos artistas dedicaron su arte al Drago de Canarias. Alfredo Herrera Piqué los recuerda en “El árbol del Drago: Iconografía y referencias históricas”.
Gumersindo Robayna en el cuadro en el que representa “La matanza de Acentejo” incluye a la izquierda de la acción un drago completo. Marcos Baeza realiza algunos unos cuadros paisajistas donde incluye su figura como el llamado “Casa con drago en Los Realejos”.
Percepciones más profundas las podemos encontrar en Néstor Martín Fernández de la Torre y José Aguilar, según sugiere Alfredo Herrera. En el “Poema de la Tierra” Néstor recupera su origen mitológico y lo convierte en un monstruo. Otros dragos son representados por Felo Monzón y Santiago Santa.
Un ejemplo que destaca por su singularidad es el realizado por el pintor surrealista Oscar Domínguez en 1933. “Nos presenta la imagen de un gran drago -posiblemente inspirado en el ejemplar de Icod-, por cuyo tronco se deslizan hilos de su célebre sangre. El árbol hunde sus raíces en un terreno volcánico, bajo un manto de fuego. En el verdor de su frondosa copa descansa un león, interpretado como expresión del deseo, y junto al tronco aparecen símbolos femeninos y un piano, dentro de una composición surrealista solamente interpretable a partir de un determinado horizonte onírico”, en palabras de Alfonso Herrera.
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