Reseña | Cuentos de hadas, de Angela Carter
Autora: Angela Carter
Páginas: 640
Editorial: Impedimenta
Precio: 27.95€
Hubo un tiempo no muy lejano en que los cuentos de hadas no estaban destinados a los niños. Los relatos recopilados en este mítico volumen, a los que Angela Carter dedicó años de su vida, tampoco son para niños. En ellos encontraremos sangre, humor, sexo y muerte. No hay princesas ñoñas ni hadas maravillosas, sino jóvenes astutas, ancianas taimadas, chicas malas, hechiceras, parteras vengativas, mozas ladronas, novias rastreras, madres, hijas y hermanas raras. Solo una escritora tan radical como Angela Carter podría haber sido capaz de armar esta antología de relatos, todos ellos protagonizados por mujeres, una celebración del universo femenino a través de los tiempos, ilustrado con los grabados originales de la edición inglesa a cargo de Corinna Sargood.
Desde hace un tiempo tengo curiosidad por leer los cuentos de los Hermanos Grimm, eso era porque no conocía a Angela Carter. Gracias a Brujas literarias descubrí su figura. Su fascinación por los cuentos de hadas la convierten en el “hada madrina de los cuentos sangrientos, el circo y los espejos”, como la proclaman en el libro mencionado.
Angela Carter recoge historias de tradición oral de todos los lugares del mundo. Son los denominados “cuentos de hadas”, aunque estos mágicos personajes aparezcan más bien poco. En su interés antropológico reunió cuentos de otros recopilatorios y algunos están por escrito por primera vez. Solo que, a diferencia de los Grimm, escogió aquellos que tenían una característica común: estar protagonizados por mujeres.
Los relatos, como se sobreentiende, no están escritos por Angela Carter, ella es la voz que los reúne, transcribe o adapta. Es el hilo conductor que permite que lleguen hasta nosotros, sus notas nos aportan el contexto y nos ayudan a entenderlos mejor. Al leerlos se puede sentir su presencia acompañándonos. Está en su magnífica introducción, en el orden (y los títulos) que escogió para compilarlos, en las mujeres que nos enseña, en las culturas a las que nos acerca, en los comentarios finales, incluso, en la frustración por saber que una enfermedad no le permitió completar el segundo de los tomos (aunque se pudo publicar gracias a sus notas, en esta edición se incluyen ambos). “Cuentos de hadas” es lo único que he leído suyo y ya la siento como una vieja amiga a la que siempre querré volver. Las ilustraciones que los acompañan son obras de arte por sí mismas. Las ilustraciones que los acompañan son obras de arte por sí mismas.
“Deseo validar mi reivindicación a poseer una parte equitativa del futuro, y expreso para ello la exigencia de que me concedan la parte del pasado que me corresponde.” Introducción a Cuentos de hadas, por Angela Carter
Todos conocemos historias como la de “Caperucita roja”, “Blancanieves” o “Cenicienta”. Ahora podemos leer la versión original de los cuentos famosos gracias a las grandes producciones, aunque poco tengan que ver con estas. Nos acercamos a ellos con toda su crueldad y también con sus enseñanzas. Algo curioso que descubrimos –y que Angela Carter ya nos adelanta en la introducción– es que muchas de estas tramas se repiten en diferentes lugares, aunque sean con características propias. Perdí la cuenta de las diferentes versiones de la Cenicienta que llegamos a leer, a pesar de que en ninguna de ella se conoce al personaje con este nombre. “Capamusgo” (gitano inglés), “La princesa vestida con traje de cuero” (Egipto), “Bella, castaña y temblorosa” (Irlanda), “La rana doncella” (Birmania) o “Vasilisa la bella” (Rusia), son solo algunos ejemplos.
La lectura antropológica y feminista que se desprende del libro gracias a la selección de Angela Carter (y teniendo en cuenta que los cuentos orales suelen ser ejemplificantes) es muy amplia. Somos testigos de cómo la figura de la mujer se ha ido desarrollando en diferentes sociedades, cómo son percibidas y cuáles son sus roles. “Las cualidades que estas historias recomiendan para que las mujeres sobrevivan y medren nunca incluyen estrategias de sumisión ni de pasividad. Las mujeres son instadas a ejercer de cerebros de la familia (véase “Una ración de sesos”) y a emprender viajes épicos (“Al este del sol y al oeste de la luna”). Les remito a la sección titulada “De mujeres listas, chicas con recursos y tretas desesperadas”, y les ruego que comprueben cómo en los cuentos allí contenidos las mujeres se las apañan para salirse con la suya”, palabras de Angela Carter en su introducción.
Lo mismo reímos, nos emocionamos hasta las lágrimas, suspiramos ante la inteligencia de las protagonistas, que nos enfadamos y sufrimos por la crueldad a la que son sometidas. Los Cuentos de hadas nos recuerdan a las mujeres que la historia y la ficción también son nuestras.