Reseña | Las trincheras de la esperanza de Antonio Pampliega

Título: Las trincheras de la esperanza

Autor: Antonio Pampliega

Páginas: 320

Editorial: Ediciones Península

Precio: 17.95€

Han pasado 28 años y aquel idealista italiano continúa al frente de la misión de la Cruz Roja en Afganistán. Muyahidines, talibanes, la invasión norteamericana de 2001, la llegada de la democracia, el desembarco de Estado Islámico... Casi tres décadas lleva abierto el centro de rehabilitación dirigido por Cairo. En él, casi un 90% de los trabajadores fueron antes pacientes. Víctimas, en su mayoría, de las minas antipersonas. Seres humanos convertidos en pedazos de sí mismos, sin futuro y sin ilusión. Pero Cairo ha conseguido cambiar todo eso. «No hay trozos de hombre» es uno de sus lemas. Y lo demuestra cada día dando trabajo y dignidad a un ejército de víctimas que hoy enarbola sin dudarlo la bandera de la esperanza.

El título del libro deja clara la intención del libro. Es un canto a la esperanza. Nos lleva a aprender a ver a través de la oscuridad. Nos recuerda que en el mundo pasan muchas cosas malas, horribles, pero que también, en medio de la tragedia, hay personas que dedican toda su vida a ayudar a los demás. Nos obliga a valorar lo que tenemos y a repensar nuestros problemas.

“Poder ayudar a la gente. Hacer que su vida sea mejor. Devolverles la esperanza. Ver cómo progresan. Cómo vuelven a caminar después de meses postrados en una silla. Alberto tenía inoculado ese virus que es complicado de erradicar. ¿El del altruismo? ¡No! El de la empatía”. Fragmento de Las trincheras de la esperanza

El libro cuenta la historia de Alberto Cairo. Un italiano que lleva 28 años en Afganistán. Es el encargado de la misión de Cruz Roja en el país. Gracias a él existen varios centros de rehabilitación en los que no solo se ayuda a quienes han perdido extremidades o tienen enfermedades que lo requieran, sino que se les ofrece una segunda oportunidad dándoles un puesto de trabajo. Sostienen a su familia, a la vez que recuperan la dignidad. Es lo más importante para Cairo, que estas personas puedan recuperar su dignidad y que vuelvan a sentirse seres humanos completos.

A pesar de su generosidad y abnegación Alberto Cairo no quiere ser el centro de atención. A Antonio Pampliega le costó convencerle para escribir un libro sobre él. Cuando aceptó solo puso una condición: no ser el protagonista. En sus entrevistas nos va acercando a su vida a la vez que repasa la historia de Afganistán en los años que ha estado ahí. Alguna vez pensó en rendirse, sin embargo, descubrió que ahí era donde tenía que estar.

Cairo acercó a Antonio Pampliega a otras personas que enriquecen el relato. Mujeres que nos cuentan que el burka es solo la punta del iceberg. Es la muestra visible de la represión a la que se ven sometidas, aunque el verdadero problema es su perdida de derechos. “Afganistán es el único país del mundo donde el número de mujeres que se suicidan es mayor que el de hombres”, nos cuenta en el libro.

También nos da una visión sobre los combatientes. En muchos casos simples mandados. En otras convencidos, pero que terminan viendo que solo los pobres acaban luchando y muriendo. Quienes ordenan la guerra no están entre las filas, no se ponen en riesgo. La situación está lejos de estar controlada y las consecuencias están muy presentes. Nos muestra la terrible situación de las personas con enfermedades psiquiátricas. Pampliega, incluso, encuentra el lugar para recordarnos la importancia de las vacunas para nosotros que sí tenemos acceso a ellas. A la vez, nos muestra algunos aspectos de la cultura afgana como los landays y su particular uso por parte de las mujeres.

Las trincheras de la esperanza es una muestra de ese periodismo que tenemos que defender. Una búsqueda por ir más allá del morbo y el sensacionalismo para contar historias que necesitamos conocer.

“Aquí la guerra no ha acabado, aunque las tropas extranjeras se hayan marchado y los políticos occidentales hayan dado por concluida su misión. […] La dignidad no puede esperar a tiempos mejores. El primer paso para que un ser humano lo sea de verdad es devolverle la dignidad.” Alberto Cairo en Las trincheras de la esperanza