Reseña | El tipo más raro del mundo, de Derek B. Miller
Título: El tipo más raro del mundo
Autor: Derek B. Miller
Páginas: 300
Editorial: Espasa
Precio: 19.90€
Sheldon Horowitz, de ochenta y dos años, acaba de enviudar y se ha mudado a Oslo desde Nueva York para vivir allí con su nieta y su marido noruego. No es un tipo fácil de manejar y, desde luego, no le gusta mucho el cambio que ha dado su vida. Cuando presencia el asesinato de una mujer en su edificio, decide rescatar al pequeño de seis años que ha perdido a su madre. Perseguido tanto por los matones como por la policía noruega, Sheldon confía en su experiencia como marine para escapar con el niño, aunque el paisaje desconocido y la incipiente debilidad de su memoria jueguen en su contra. Esta curiosa pareja, que ni siquiera habla la misma lengua, creará un vínculo que puede conseguir salvar a ambos.
Un libro que quería leer desde hace mucho tiempo. Quizá por eso tenía unas expectativas demasiado altas. Me esperaba encontrar una historia muy divertida, pero no fue para tanto. El tipo más raro del mundo es entretenido y tiene algunas escenas curiosas, y ya está. Sheldon lo compensa.
Los personajes están poco definidos. Aunque, al tratarse en cierto modo de una novela negra esto es entendible. Salvo del protagonista, Sheldon, poco sabemos más que las acciones que se suceden. Podemos entender al personaje principal, no a aquellos que les rodean. Esto se nota, sobre todo, con los antagonistas.
Con esta novela nos trasladamos a Oslo. Igual que Sheldon (viudo, jubilado y residente en Estados Unidos) somos guiados por un lugar que no conocemos. Los escenarios son presentados de manera sutil, aunque transmitiéndonos su belleza. Podemos sentir que somos uno más dentro de la aventura.
Sin duda, el aspecto que más destaca de Derek B. Miller es la creación de un protagonista muy particular. Que a pesar de sus problemas y de que su cabeza empieza a fallar es capaz de darnos muchas lesiones de vida. Los diálogos que tiene con un interlocutor inesperado son brillantes. Con su forma de ver el mundo nos transmite muchas emociones que solemos relegar ante la prisa por otras cuestiones.
El tipo más raro del mundo es engullida por su propia creación. Dejando por un lado un personaje genial, perdido en una historia lenta y con desenlace confuso.