Especial Zafón | Reseña: El Laberinto de los Espíritus, de Carlos Ruiz Zafón
Título: El Laberinto de los Espíritus
Autor: Carlos Ruiz Zafón
Páginas: 928
Editorial: Planeta
Precio: 23.90 €
Saga: El Cementerio de los Libros Olvidados 4/4
En la Barcelona de finales de los años 50, Daniel Sempere ya no es aquel niño que descubrió un libro que habría de cambiarle la vida entre los pasadizos del Cementerio de los Libros Olvidados. El misterio de la muerte de su madre Isabella ha abierto un abismo en su alma del que su esposa Bea y su fiel amigo Fermín intentan salvarle.
“El Laberinto de los Espíritus” es el gran final que todos esperábamos para la tetralogía "El Cementerio de los Libros Olvidados". Han sido muchos años de espera. Sobre todo, para aquellos que lo siguen desde el principio -yo la inicié con el segundo libro ya publicado-.
Para hacer este recorrido por los libros de Zafón releí todas sus obras. El propio "El laberinto de los espíritus" lo devoré según salió a la venta. Esa primera lectura la disfruté mucho, aunque tras los tres anteriores solo deseaba saber más sobre la familia Sempere. Dejando así en un injusto segundo plano a la gran Alicia Gris. Los Sempere me habían hecho amar sus aventuras, de ahí que ese interés me cegara.
Sabía que algo me faltaba, que no había sido capaz de leer el libro en todas sus dimensiones. Por eso, decidí darme algo de tiempo y reflexionar. Pasado esas impresiones iniciales, igual que con los anteriores, volví a leer "El laberinto de los espíritus". Me costó decidirme dado el volumen de páginas del ejemplar, pero definitivamente mereció la pena. Hay muchos matices que no capté la primera vez y, sin duda, lo volvería a hacer y -seguro que con el tiempo lo haré-. Como ya está quedando clara esta reseña se va a adentrar en los aspectos positivos del libro y en cómo cierra el círculo. Llevo días anotando todas mis ideas, para intentar no dejarme ninguna de mis impresiones, pero por más que lo intento no encuentro algún punto negativo que destacar (salvo el tratamiento a uno de los personajes).
Con la excepción de la irrupción de Isabella en el segundo tomo,” El Cementerio de los Libros Olvidados”, no contaba con una protagonista femenina fuerte a la que las mujeres podamos admirar. Si os paráis a pensarlo toda la saga había tratado de las vicisitudes de una serie de hombres. Su relación con las mujeres no pasaba de ser algo meramente sentimental o sexual. Ellas eran descritas con una personalidad propia, mas prácticamente no demostraban su poder. Quedaban relegadas a un segundo plano. Lo típico de cualquier obra, sobre todo, aquellas escritas por hombres, en resumen.
Sin embargo, en esta cuarta parte, la más larga, Carlos Ruiz Zafón le pone solución con la aparición de Alicia Gris. Antiheroína. Rara, solitaria, inteligente, mordaz, agresiva en apariencia, guapa, fuerte, luchadora, superviviente, hecha a sí misma, con una tragedia familiar y el corazón roto. Es un personaje con personalidad propia que no permite que se le trate como la sombra de nadie. Acepta la ayuda si la necesita, pero es perfectamente capaz de encontrar la solución a sus problemas por sí misma. Aunque tiene una característica que le podría hacer un ser frágil, ella lo convierte en su fortaleza. Puesto que a pesar de eso es capaz de sobreponerse y sobrevivir en una profesión muy peligrosa. No es absorbida por ningún amor ni pierde protagonismo ante ningún hombre. Ella es Alicia Gris y pobre del que se cruce en su camino.
Con este personaje se origina otro de los aspectos de los que en la primera lectura no fui consciente. Un juego de referencias cruzadas entre diferentes libros. El primero "Alicia en el País de las Maravillas", libro favorito de nuestra protagonista, Alicia Gris, a quien debe el nombre. Basado en ese libro, como Zafón cuenta, surge el metaliterario "Laberinto de los Espíritus" escrito por otro de los personajes, Víctor Mataix. En estos otros libros el personaje principal es Ariadna. ¿Os suena el nombre? En la mitología griega, Ariadna, es la que tiende el hilo para ayudar a salir del Laberinto del Minotauro. Así, Zafón enlaza a la Alicia Gris que conocemos con la Ariadna mitológica, puesto que es ella quien tiene que desenredar los hilos que faltaban para conocer el misterio que envuelve a la Barcelona de posguerra y, especialmente, a los Sempere.
Aunque en un principio la trama está poco relacionada con Daniel Sempere y Fermín Romero de Torres acaban, por supuesto, por aparecer junto con otros familiares, amigos y viejos conocidos. En menor medida que otras de sus obras la figura de un ángel, las muñecas de cera y los cementerios también tienen su representación. La oscuridad, en todos los sentidos, también es un rasgo indispensable.
Otro factor que no puede faltar en esta saga es un escritor maldito. En este caso, conocemos un poco más a David Martín y nos introduce en la vida de otros de esos escritores desafortunados de Barcelona. Sin embargo, con este conocemos una subtrama que despierta la oscura historia de España que Zafón no trata de endulzar. Al contrario, presenta la posguerra con dureza y hace crítica de los momentos vividos. También cuando llega la muerte del dictador, Fermín con su perspectiva única hace una ácida reflexión de los tiempos que vendrán.
Al fin y al cabo, desde "La sombra del viento" hasta "El laberinto de los espíritus" han pasado muchos años de narración. A lo largo de los cuatro libros seguimos a familia Sempere y allegados a lo largo de varias generaciones. También muchos de estos personajes nos llevan hasta el pasado. Se convierte la saga en un recorrido coral donde nos encontramos todas las facetas de la vida. Desde niños que ven el mundo por primera vez hasta ancianos de los que tenemos que despedirnos pasando por las fases intermedias. Así, un sinfín de emociones y circunstancias con las que podremos sentirnos personalmente identificados.
Los personajes son uno de los grandes valores de esta saga. La mayoría de ellos están construidos a través de un pasado que explica quiénes son en el presente y a los que vemos evolucionar. Hay algunos de ellos que sirven de unión entre todos los demás como Isabella. Que de forma directa o indirecta nos guía en las diferentes subtramas. Hay otros que con una presencia corta pueden marcar al lector, como el Capitán Vargas. Otros que desgraciadamente, aunque siempre estén ahí quedan en un segundo plano. Ese es el caso de Sempere padre (como se le conoce en los primeros libros, donde no aparece su nombre), es decir, Juan Sempere. Ese es el aspecto que mencionaba como negativo más arriba. Juan Sempere está presente en casi todas las tramas, pero no es partícipe directo de ninguna. Es un hombre paciente y honrado, pero poco más sabemos de su interior salvo su infinita tristeza. La cual no conocemos por él sino por los acontecimientos que otros narran. Es uno de los planos de la saga y a mí el que más lastima me da al sentirle excluido de esa forma.
"El laberinto de los espíritus" cierra las dudas que habían quedado de los anteriores y plantea unas tantas nuevas que también resuelve. Llegar hasta el final da muchísima pena porque nos ha acompañado durante tantos años. Un cierre a la altura de "El Cementerio de los Libros Olvidados", esa historia en el que los libros no son narradores, sino protagonistas. De ahí que justo al final del todo se nos resuelva una de las incógnitas que cierta firma en algún epílogo había dejado (sabéis de lo que hablo, ¿verdad?) Zafón utiliza la metaliteratura para explicarnos qué es esta tetralogía y cómo la ha configurado. Seguro que los que amáis al autor tanto como yo disfrutaréis esas páginas con una sonrisa. Cuesta cerrar el libro y despedirse, pero volveré, dejémoslo en un "hasta pronto".