Reseña: El pintor de batallas, de Arturo Pérez-Reverte


Título: El pintor de batallas

Autor: Arturo Pérez-Reverte

Páginas: 296

Precio: 8.95€

Editorial: DeBolsillo



En una torre junto al Mediterráneo, en busca de la foto que nunca pudo hacer, un antiguo fotógrafo pinta un gran fresco circular en la pared: el paisaje intemporal de una batalla. Lo acompañan en la tarea un rostro que regresa del pasado para cobrar una deuda mortal, y la sombra de una mujer desaparecida diez años atrás. En torno a esos tres personajes, Arturo Pérez-Reverte ha escrito la más intensa y turbadora historia de su larga carrera de novelista.

Deslumbrante de principio a fin, El pintor de batallas arrastra al lector, subyugado, a través de la compleja geometría del caos del siglo XX: el arte, la ciencia, la guerra, el amor, la lucidez y la soledad, se combinan en el vasto mural de un mundo que agoniza.


El título del libro llama con poder la atención, pero no fue eso lo que hizo que me decidiese por él. Siendo sincera todas las novelas y recopilaciones de Arturo Pérez-Reverte hasta el momento me han fascinado, por lo que poco a poco me estoy haciendo con toda su bibliografía.

La novela comienza de manera extraña. A veces es difícil que el protagonista, Andrés Faulques, nos llegue de manera completa. Sin embargo, según van pasando las páginas nos va metiendo en su cabeza. Las frases largas acentúan al comienzo esta sensación hasta que nos habituamos a ellas. El libro se cuenta en presente, pero este no es el importante más allá de “su misión”. Toda su experiencia le ha llevado hasta aquí.

Al igual que más tarde veremos en El tango de la Guardia Vieja el presente está siempre enfocado hacia el pasado. El momento de la narración en el que los protagonistas se encuentran es el presente. Pero, incluso lo que los une sucedió muchos años antes. La experiencia vital del fotógrafo de guerra es el motivo de la obra, Faulques. Imposible desligar consciente o inconscientemente esta a la propia de Reverte como reportero de guerra. Entre las memorias de Faulques creemos reconocer al autor reviviendo todo lo que en su carrera profesional presenció.

El pintor de batallas es todo metáforas. La sutileza como forma de narración. Página a página encontramos alguna frase que guardar. Algún párrafo que cambiará o reforzará nuestro pensamiento sobre los conflictos armados y la humanidad en sí misma. No es necesario el lenguaje truculento para expresarlo. Reverte en eso es un experto que mezcla sutileza, que no delicadeza, con la gran realidad. Sus dedos nos llevan a sentir todo lo que el protagonista quiere decir.

Quizá el gran abuso de la novela esté en los aspectos técnicos de un fotógrafo con un gran curriculum. Él entiende a lo que se refiere, pero el lector poco avezado en fotografía o pintura no será capaz de comprenderle del todo. Aun así, cuando su gran proyecto llega al momento esperado abrimos la boca igual que cualquiera que tuviese la suerte de verlo materializado. Todo encaja.

En unos párrafos u otros se vislumbran futuras novelas: El tango de la Guardia Vieja, El francotirador paciente, Hombres Buenos… de alguna forma están contenidos en El pintor de batallas para expandirse y lucrarse con la ventaja de un escritor que sigue creciendo con cada novela que publica.

Como estudiante de periodismo El pintor de batallas me deja más de una enseñanza de lo que en el futuro puedo enfrentarme. Lo releeré más de una vez. No es sencillo ser protagonista sin serlo, ser causa y a la vez consecuencia. Para los amantes de la fotografía y la pintura (de ambas o de una de ellas) también será un ejercicio de reflexión con el que descubrir lo que nuestra sociedad acaba olvidando. El desenlace es lo de menos, pero a la vez es lo que El pintor de batallas necesitaba. Todo ocurre sin que apenas te des cuenta. Como lo leas deprisa ni te darás cuenta de lo que ha sucedido. Al terminarlo, lo cierro con una sonrisa en los labios.



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